genética

Ciencia que trata del estudio de las propiedades y diferencias innatas que determinan la herencia. Este estudio está íntimamente relacionado con materias relevantes como Citología, Reproducción, crianza, etc. Es evidente que las implicaciones de la genética en lo que respecta a la evolución en general son de la mayor importancia.

En los títulos Biología y Citología se describen los fundamentos fisiológicos de la genética y, en consecuencia, en este sólo se hará referencia a ellos.

Las células masculina y femenina unidas que es el comienzo de todo individuo, contienen todos los elementos genéticos que regulan el futuro individuo, animal o vegetal. Las bases de cada parte del futuro organismo se encuentran en las dos células germinadoras que desempeñan papeles idénticos en cuanto a su influencia hereditaria.

Los cromosomas en el núcleo de cada célula germinadora consisten de una cantidad de cuerpos abastonados que son diferentes los unos de los otros y que se forman de materias genéticas llamadas genes.

Los genes en sí, son factores hereditarios, consisten de nucleoproteínas y son ultra-microscópicos; pero cada cromosoma está compuesto de muchos millares de elementos genéticos distintos que son visibles por medio del microscopio.

Cuando las células germinadoras masculina y femenina se unen, los cromosomas se aparejan, conllevando cada par los mismos genes dispuestos en orden idéntico. El huevo fertilizado sufre entonces una división celular, conocida como mitosis, durante la cual todos los cromosomas, y en consecuencia todos los genes, se duplican. Se forman, naturalmente, nuevos cromosomas que conllevan nuevas hileras de genes visibles como cromosomas partidos. Con la continuación de la división de las células se forman dos células "hijas" con un número de genes exactamente igual a la célula "padre". Como el núcleo de cada célula del individuo contiene un juego doble de cromosomas idénticos y como cada célula ovular y espermática es solamente la mitad de esa cantidad de cromosomas, es evidente que se ha producido o se produce una reducción de cromosomas.

Esta reducción, o meiosis, ocurre durante la formación del huevo embrionario y su objetivo es evidente: si no ocurriera la reducción de cromosomas, la progresiva acumulación de cromosomas en generaciones siguientes llenaría por completo las células.

La teoría genética moderna presupone que las diferencias que se producen entre individuos del mismo ambiente son causadas por genes diferentes. A todas las diferencias que se producen como consecuencia de cambio súbito de uno o más genes se les llama "mutaciones". El gene que ha sufrido mutación continúa propagándose en su estado cambiado hasta que una nueva mutación puede hacerlo cambiar de nuevo. Los organismos con estos genes, llamados "mutantes", se utilizan con fines de reproducción. La adaptación genética directa al ambiente (Lamarckismo), en la que se creyó previamente, no ha podido ser justificada y hoy parece que las variaciones heredadas, de una parte, y las condiciones externas de la otra, producen individuos que contienen combinaciones satisfactorias de genes.

Origen más frecuente de las variaciones, mucho más que las provocadas por mutaciones, es el intercambio de fragmentos correspondientes de cromosomas originados en los dos padres de tal forma que no es preciso que sean transmitidos todos los genes de esos cromosomas. Este proceso, llamado "traspaso", se produce durante la formación de óvulo y esperma y termina en una recombinación de genes dando así lugar a nuevas variaciones.

Se ha demostrado que cada individuo tiene dos genes por cada característica, derivados de las células germinadoras masculina y femenina respectivamente. Si los dos genes son iguales, al individuo se le llama "homocigoto"; "heterocigotes" si uno de los genes es un gene mutante.

En tales casos la influencia de uno de los genes puede ser "dominante" sobre el otro o "replegante", en cuyo caso este último queda aparentemente excluido del todo. Las características de uno de los padres pueden ser, así, replegantes pero reaparecerán en generaciones futuras, según reglas definidas y en definidas proporciones. Cierto número de estas reglas o leyes de la herencia fueron por vez primera enunciadas por Mendel y se les conoce como las "leyes mendelianas".